El origen de la alcachofa se sitúa en Egipto, y posteriormente se extendieron por la zona Mediterránea. Se consumían en la antigua Grecia y en Roma, donde eran consideradas deliciosas. Todavía muchos científicos discuten si la alcachofera es la misma planta que la del cardo. Las alcachofas favorecen la digestión, reducen los niveles de colesterol, además previenen enfermedades hepáticas. También son diuréticas y ricas en potasio, magnesio, hierro y calcio. Muy recomendada en casos de diabetes, pues ayuda a rebajar los niveles de azúcar en sangre.