Este era un plato muy recurrido en la cuaresma, hasta la segunda mitad del siglo XX. El bacalao era un pescado barato y abundante, se consideraba un plato de pobres y era un buen sustituto de la carne. Se acompañaba de patatas y se cocían junto con el bacalao. Por su parte el ajo es bueno para personas que sufren hipertensión, arterioesclerosis y taquicardia y cabe destacar su contenido en vitamina C.