Es un plato típico de la zona Mediterránea, muy común en España y también en Grecia. El calamar tiene un aporte calórico bajo (82 calorías por cada 100 gramos), pero una vez elaborado a la romana, supone que su contenido calórico aumente considerablemente debido al rebozado en harina o pan rallado, por lo que no es adecuado para personas con un alto nivel de colesterol. Contiene proteínas como la albúmina, principal proteína de la sangre, vitaminas del complejo B y minerales como el fósforo, que interviene en la formación y el mantenimiento de los huesos y el desarrollo de los dientes.