Este era un plato principal en el invierno, sobretodo en las zonas montañosas del interior de Galicia. Era muy común que en todas las casas de las aldeas hubiera alguna vaca para que abasteciera a toda la familia de leche y se acompañaba de castañas cocidas, secas o frescas. Las castañas contienen una importante proporción de hidratos de carbono, los cuales se absorben lentamente por el organismo, lo que hacía que eliminara la sensación de hambre durante un largo periodo de tiempo, además de proporcionar energía.