Esta receta, permitía en las casas gallegas de antaño, que el conejo estuviera disponible todo el año para su consumo. El conejo se escabechaba para que se conservase todo el año y se pudiera recurrir a él en caso de escasez de otro tipo de carne. Se hacía tanto para los conejos de monte como para los domésticos. También era un plato muy valorado por la clase alta a la que los campesinos obsequiaban o pagaban con esta conserva.