Esta es una receta clásica en donde las patatas dejan de ser una recurrida guarnición, para convertirse en plato principal. La patata contiene hidratos de carbono y proteínas de gran valor biológico, con un contenido en grasas y calorías muy bajo, pero en esta receta se incrementan por el rebozado. Es rica en vitaminas B y C, y destaca su contenido en potasio, que junto a su bajo contenido en sodio, las hace idóneas para personas con la presión arterial elevada.