Esta manera de preparar las sardinas, en la que se rebozan con harina, hace que este plato sea el precursor del actual bocadillo. La sardina es un pescado graso, que aporta ácidos grasos omega 3, por lo que está recomendada para personas que padecen enfermedades cardiovasculares. Cabe destacar el aporte de fósforo, que cubre casi el 100% de la cantidad diaria recomendada, y es bueno para nutrir nuestro cerebro, mejorando nuestra memoria. También es muy elevado su aporte de vitamina D, que regula el aporte de calcio a los huesos y regula la cantidad de fósforo y calcio en la sangre.