Las acelgas se empezaron a cultivar en Asia, y se consumen desde la antigüedad. Los romanos hacían sopas con las acelgas. Se cultivan en climas templados, por lo que las podemos encontrar en Europa y países bañados por el mar Mediterráneo. Las acelgas están disponibles todo el año. Aportan fibra, ayudando al tránsito intestinal, son una importante fuente de yodo, hierro, magnesio y calcio. En cuanto a las vitaminas, destaca el ácido fólico, vitamina C y provitamina A.