Este plato antiguamente se hacía con otros pescados que se podían consumir frescos, que no es el caso del bacalao, ya que antes llegaba salado a puerto para conservarlo. Hoy en día esta receta también se hace con bacalao fresco. El vino blanco es un excelente acompañante del pescado, ya que su sabor es menos intenso que el del vino tinto, y ello permite que al acompañar a carnes magras, éstas no oculten su sabor.