Se cree que su origen es romano y que era consumido durante la estancia de éstos en la comarca de El Bierzo, posteriormente se convirtió en un manjar reservado a abades, obispos y reyes y se consumía en fechas señaladas. Por la proximidad geográfica existente, también se elabora en la zona de la montaña Luguesa y Orensana. Está compuesto de carne y huesos de cerdo embutidos dentro de las tripas más gruesas del cerdo. Se hace con los huesos del costillar, del espinazo y rabo de cerdo. Se consume cocido acompañado de patatas y repollo.