El gallo es un pescado con un bajo contenido graso, de fácil digestión y aporta pocas calorías. Destaca su contenido en magnesio, necesario para la transmisión del impulso nervioso, y para el mantenimiento del músculo cardíaco. También aporta fósforo para el mantenimiento de huesos y dientes. Los guisantes que acompañan al gallo en este plato aportan mucha fibra, reducen los niveles de colesterol, y la aparición de enfermedades cardiovasculares. Constituyen un buen aporte de proteína vegetal.