El origen de la tarta de Mondoñedo se remonta a la época del medievo, cuando unos monjes prepararon un banquete para la Reina Doña Hurraca. Se cree que la tarta era mucho más sencilla que la actual. La famosa tarta no la hacían los campesinos, sino las gentes de la ciudad. En las casas opulentas y las dulcerías, rivalizaban para servirla a obispos, cardenales o cuando Alfonso XIII visitó la villa Luguesa.